Elier Lizárraga

Culiacán, Sin.- El problema de las inundaciones en Culiacán es tan viejo que puede rastrearse hasta los tiempo de la colonización, pero del siglo pasado a la fecha el asunto se ha vuelto cada vez peor.

Registros históricos hablan de cómo Nuño Beltrán de Guzmán fundó la villa de San Miguel en las márgenes del río San Lorenzo, pero debido a las constantes rebeliones indígenas y a las inundaciones tuvo que cambiarse de lugar.

El asentamiento fue trasladado a diferentes regiones, pero finalmente llegó a donde confluyen los ríos Humaya y Tamazula, lo que actualmente es Culiacán, según cita el cronista Miguel Alonso Rivera.

Sin embargo, no es hasta el año de 1917 que se tienen los primeros registros fotográficos de cómo la avenida Aquiles Serdán se inundaba con la crecida del río Tamazula.

Incluso existe un edificio icónico en la esquna de Aquiles Serdán y Antonio Rosales que tene una marca del nivel que alcanzaba el agua en tiempos de la revolución con cada inundación. Aunque actualmente el encharcamiento no alcanza el mismo nivel, el registro sigue ahí.

Otros datos históriccos arrojan que las presas Adolfo López Mateos y Sanalona fueron construidas como una solución a la problemática que aquejaba a los culiacanenses de aquel entonces, pero aún con las presas construidas el problema persistió.

De acuerdo con Miguel Rivera, el 9 de agosto de 1966 dos jóvenes mujeres que iban a bordo de un auto fueron arrastradas al río durante una inundación en la avenida Aquiles Serdán y murieron ahogadas. Este es uno de los primeros registros que existen de víctimas que mueren a causa de las inundaciones, aunque seguramente habrá más.

Contrario de lo que pudiera esperarse, la situación por las lluvias ha empeorado año con año debido a diversas causas, entre las que se pueden citar la mala planeación urbana, la falta de drenajes pluviales en diversos sectores y últimamente el exceso de basura tirada en ríos y arroyos, lo que provoca que se tapen las alcantarillas y por consiguiente que se inunde la ciudad.

Teniendo estos antecedentes, ¿qué se puede esperar del futuro en cuanto a esta problemática? ¿Las administraciones venideras implementarán programas reales para comabtir el problema o seguirán realizando obras inútiles?

Quién sabe. Lo único que parece probable a estas alturas es que la lluvia continúe ahogano a la ciudad y con ella el dinero desperdiciado adminstración tras administración construyendo obras qque al final no sirven para nada.